25 años, La Historia

Recostados uno al lado del otro en el asiento de acompañante de la camioneta, la pequeña Socorro y los mellizos Eduardo y Tomás, observan a su papá con admiración. Es que él se levantó muy temprano y llevó las verduras desde la finca hasta el mercado para venderlas en el puesto.

Lo que Eduardo Gómez Naar y sus hijos aún no saben es que éste es tan sólo el principio de un largo y prometedor camino en el mundo de los negocios.

EL INICIO

Desde chico supo que quería trabajar en el campo y su egreso del colegio coincidió con la decisión de sus padres de comprar tierras para producir. Primero se involucró en el cultivo del tabaco, luego en las actividades ganaderas y también en la producción de hortalizas. Con 17 años, Eduardo plantó el sueño de tener una gran empresa, sin sospechar que ésa semilla daría fruto antes de lo pensado y le abriría la puerta a un mundo de posibilidades.

Enfocado más en lo comercial, compró un puesto en el Mercado COFRUTHOS cuando recién se inauguraba. Las frutas y verduras producidas en “Cartagena de Indias”, la finca familiar, llegaban en camioneta y se vendían muy bien, pero sin duda alguna, las ventas se dispararon con la comercialización de “papa premium”.  El movimiento de mercadería era tal que fue necesario abrir una oficina, multiplicar los puestos, sumar camiones de transporte y contratar a más trabajadores.

Siempre atento a las oportunidades y con la intención de incursionar en otros rubros, en 1986, Eduardo y un socio compraron un terreno en la Avenida Paraguay. Hicieron todas las gestiones para poner ahí una estación de servicio, aunque recién lograron instalarla después del ‘91 cuando se desregularizó el sistema de condicionamiento petrolero y se promovió la libre competencia.

Muy pronto, “la estación de servicio del Chango”, se posicionó como una de las más conocidas en la capital salteña. Sin embargo, el crecimiento exponencial del nuevo negocio se dio cuando Eduardo conquistó a los productores agropecuarios de la región, a través de la entrega directa del combustible en sus campos, un servicio en el que fue pionero.

En el ‘95, YPF, uno de sus principales proveedores, detectó rápidamente el enorme potencial en Eduardo y lo nombró distribuidor mayorista de gasoil. Ahí comenzaron a escribirse los primeros capítulos de la historia de Combustibles del Norte S.A.

 

LOS NUEVOS DESAFÍOS Y LA BÚSQUEDA DE LA EXCELENCIA

El negocio no tardó en diversificarse. En el ‘96 la empresa empezó a distribuir lubricantes de YPF y en el ‘99, fertilizantes. Fue en el 2003 cuando surgió la oportunidad de distribuir garrafas de gas en Salta, un desafío que Eduardo no dejó pasar y que le permitió abrirse a un segmento de venta muy distinto.

A pesar de que los resultados eran abrumadoramente buenos y superaban las expectativas, la empresa necesitaba de cambios importantes para pasar a otro nivel. El contacto que Eduardo tuvo con profesionales especializados en el manejo y administración de pymes durante su periodo de formación en el IAE, fue un factor desencadenante para iniciar un crecimiento sin escalas.

La profesionalización del personal, la capacitación constante, el orden en la administración, la conformación de equipos de trabajo, el empleo de buenas prácticas y la fantástica relación con clientes, colaboradores, proveedores y bancos, fueron los primeros síntomas de una evolución empresarial inminente en la que la tecnología tuvo un papel protagónico.

Definitivamente, la instalación de un nuevo software marcó un antes y un después en la vida de Combustibles del Norte y Eduardo Freytes, el asesor externo de confianza de Eduardo, cumplió un rol fundamental en este proceso de trasformación.

Al contrario de lo que sucede en otras pymes, la empresa jamás se puso límites, ni siquiera fronterizos. En menos de lo pensado y tras una serie de negociaciones, CN GRUPO hizo base en Chile y comenzó a distribuir lubricantes. De hecho, en la actualidad, comercializa los productos en tres puntos estratégicos del norte del país vecino y planea continuar expandiéndose.

A lo largo de los años y con la certeza de saber dónde estaba y hacía dónde quería ir, Eduardo fue conformando equipos de lujo, con gerentes y jefes de área dispuestos a jugar en primera. En gran parte, el éxito de Combustibles del Norte se debe a su especial habilidad para armar grupos de trabajo con profesionales experimentados y comprometidos con la empresa y su propósito.

Desde el principio, Eduardo tuvo claro que CN GRUPO alcanzaría su máximo potencial si, al mismo tiempo, promovía el desarrollo profesional y humano de todos sus colaboradores, tal es así que desde la Gerencia de Recursos Humanos se proponen planes de capacitación constante para todo el personal en prestigiosas instituciones educativas

No es casualidad, entonces, que Combustibles del Norte esté muy bien calificada por Great Place To Work y sea considerada como uno de los mejores lugares para trabajar.

LA LLEGADA DE LA SEGUNDA GENERACIÓN

Nada de todo esto hubiera sido posible para Eduardo sin el apoyo de Francisca, su esposa, quien además de ser la madre de sus hijos, ha sido su compañera incondicional desde el principio. La familia que juntos formaron no sólo es un gran sostén para la empresa, sino también trampolín y paracaídas.

Después de obtener sus títulos universitarios, Socorro, Eduardo y Tomás -la segunda generación Gómez Naar- se incorporaron a Combustibles del Norte como empleados y poco a poco se fueron abriendo camino hacia las gerencias que hoy ocupan con amplia aceptación de los equipos de trabajo.

Eduardo hijo se ocupa de las finanzas, Tomás de lo comercial y Socorro del marketing y las comunicaciones, acompañados por un enorme grupo de profesionales que representan gran parte de la esencia de Combustibles del Norte. Francisca, la hermana menor, continúa especializándose profesionalmente en Buenos Aires, luego de recibirse de Licenciada en Recursos Humanos. Actualmente trabaja en Mercado Libre, pero el resto del equipo de CN GRUPO confía en que ella pronto se sumará a la empresa y le aportará un gran potencial.

La llegada de los chicos no sólo generó una sensación de familiaridad y unión en el espacio de trabajo, sino que también le permitió a Eduardo enfocarse en nuevos proyectos e incursionar en otros rubros, sin dejar de buscar la evolución permanente de Combustibles del Norte y el valor agregado que la diferencia del resto.

La infraestructura, los organigramas, las unidades de negocio, los sistemas informáticos … muchas cosas han cambiado en CN GRUPO, pero hay algo que se mantiene intacto.

Sentados uno al lado del otro en la mesa de directorio y rodeados de un gran equipo de trabajo, Socorro y los mellizos Eduardo y Tomás, observan a su papá con la misma admiración de siempre. Es que él se levantó muy temprano para proyectar los próximos pasos de la empresa. Con el positivismo que lo caracteriza, está buscando oportunidades en otros ámbitos: la minería, el mercado de capitales, el desarrollo de aplicaciones para simplificar procesos de distribución y venta, y la expansión de la empresa en Chile -y por qué no en otros lugares de Latinoamérica-, siempre pensando en crecer y hacer crecer todo a su alrededor. Al fin y al cabo, ése es el legado de un espíritu inquieto: capacidad de gestión, responsabilidad, compromiso, excelencia y perseverancia.

 

 

 

 

 

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